Una nación que se fue al carajo.




En una nación que estaba orgullosa del trabajo duro, de familias fuertes, de comunidades estrechamente unidas y de nuestra fe en Dios, hoy demasiados de nosotros tendemos a adorar la satisfacción inmoderada de nuestros propios deseos y el consumo. Ya no se define la identidad humana por lo que uno hace, sino por lo que uno posee. Pero hemos descubierto que el poseer cosas y el consumir cosas no satisface nuestro anhelo por significado. Hemos aprendido que la acumulación de bienes materiales no puede llenar el vacío de vidas que carecen de confianza o propósito.

Jimmy Carter

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