Padre nuestro que estas en los cielos,
santifican tu nombre porque no hay más remedio
y hágase tu voluntad allá en el cielo
porque aquí en la tierra
desde hace mucho tiempo mendigamos la nuestra.
El pan nuestro, el pan nuestro de cada día,
duro, frágil y hasta triste
y no nos consta de que el tuyo sea verdadero
porque aquí el pan, lo controlan los gobiernos.
Y déjanos caer en la tentación
aunque más no sea para alterar la costumbre.
No nos libres del mal
porque no tendríamos como reconocer el bien
si es que alguna vez nos llega
y no perdones nuestras deudas ni dudas ni pecados
porque no queremos perdonar al enemigo
y solo pondremos la otra mejilla para el beso.
santifican tu nombre porque no hay más remedio
y hágase tu voluntad allá en el cielo
porque aquí en la tierra
desde hace mucho tiempo mendigamos la nuestra.
El pan nuestro, el pan nuestro de cada día,
duro, frágil y hasta triste
y no nos consta de que el tuyo sea verdadero
porque aquí el pan, lo controlan los gobiernos.
Y déjanos caer en la tentación
aunque más no sea para alterar la costumbre.
No nos libres del mal
porque no tendríamos como reconocer el bien
si es que alguna vez nos llega
y no perdones nuestras deudas ni dudas ni pecados
porque no queremos perdonar al enemigo
y solo pondremos la otra mejilla para el beso.
La Tabare Milongòn Banda
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