Los hombres viven obsesionados por la inmensidad de lo eterno. Por eso nos preguntamos: ¿tendrán eco nuestros actos, con el devenir de los siglos? ¿Recordarán nuestros nombres los que no nos conocieron cuando ya no estemos? ¿Se preguntarán quiénes éramos?– Aquiles
(Troya)
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